miércoles, octubre 11, 2017

Autopublica tu novela #4 (Escribir)

¿TE LO DIGO JOCOSO O TE LO DIGO SIN VUELTAS?

Estilos de escritura

Anteriormente traté el tema de la generación de ideas y de la planificación. En este momento es cuando suelo probar el estilo de escritura, desde más recargado, humorístico, escueto. Escribo unos párrafos sueltos a testear. Si bien siento que es la historia la que me lleva a escribir en un estilo o en otro, siempre está bueno incorporarlo a la toma de decisiones, junto con quién será el narrador, desde qué óptica escribiremos la historia. De alguna manera, el estilo está relacionado con el personaje que cuenta la historia, incluso si decimos que es el narrador. El narrador es un personaje más, es quien relata lo que ha visto o sabe de los sucesos y de los otros personajes. Todas estas decisiones hacen a observar a la obra como un todo. Analíticamente, separamos en narrador, punto de vista, pero en realidad, se trata de contar una historia. El asunto es cómo te la voy a contar.
Para visualizar los estilos de escritura recomiendo el libro Ejercicios de estilo de Raymond Queneau. En él, el autor, a partir de un párrafo, escribe de distinta manera. A continuación cito algunos ejemplos.




Estilo vacilaciones

No sé muy bien dónde ocurría aquello... ¿en una iglesia, en un cubo de la basura, en un osario? ¿Quizás en un autobús? Había allí... pero, ¿qué había allí? ¿Huevos, alfombras, rábanos? ¿Esqueletos? Sí, pero con su carne aún alrededor, y vivos. Sí, me parece que era eso. Gente en un autobús. Pero había uno (¿o dos?) que se hacía notar, no sé muy bien por qué. ¿Por su megalomanía? ¿Por su adiposidad? ¿Por su melancolía? No, mejor... más exactamente... por su juventud, adornada con un largo... ¿narigón? ¿Mentón? ¿Pulgar? No: cuello; y por un sombrero extraño, extraño, extraño. Se puso a pelear —sí, eso es—, sin duda con otro viajero (¿hombre o mujer?, ¿niño o viejo?) Luego eso se acabó, concluyó acabándose de alguna forma, probablemente con la huida de uno de los dos adversarios.Estoy casi seguro de que es ese mismo personaje el que me volví a encontrar, pero ¿dónde? ¿Delante de una iglesia? ¿Delante de un osario? ¿Delante de un cubo de la basura? Con un compañero que debía de estar hablándole de alguna cosa, pero ¿de qué? ¿De qué? ¿De qué?


Estilo relato

Una mañana a mediodía, junto al parque Monceau, en la plataforma trasera de un autobús casi completo de la línea S (en la actualidad el 84), observé a un personaje con el cuello bastante largo que llevaba un sombrero de fieltro rodeado de un cordón trenzado en lugar de cinta. Este individuo interpeló, de golpe y porrazo, a su vecino, pretendiendo que le pisoteaba adrede cada vez que subían o bajaban viajeros. Pero abandonó rápidamente la discusión para lanzarse sobre un sitio que había quedado libre.Dos horas más tarde, volví a vedo delante de la estación de Saint-Lazare, conversando con un amigo que le aconsejaba disminuir el escote del abrigo haciéndose subir el botón superior por algún sastre competente.

Estilo presente

A mediodía, el calor se expande en torno a los pies de los viajeros del autobús. Como, colocada sobre un largo cuello, una cabeza estúpida, adornada con un sombrero grotesco, se acalora, al instante se arma la gresca. Pero todo se queda, enseguida, en una atmósfera tensa por conservar en el aire, aún demasiado vivos, graves insultos. Entonces, uno va a sentarse adentro, al fresco.Más tarde pueden formularse, delante de estaciones de doble dirección, preguntas sobre indumentaria, a propósito de algún botón que unos dedos grasientos de sudor manosean con seguridad.



Entonces, un escritor es siempre un poco de dejarse llevar y un poco de pensar antes qué escribir, con más detalle o menos detalle.


¿No les pasó que están leyendo una novela y sienten asfixia, agobio? Ahora estoy terminando de leer Stoner de John Williams; en ella se narra la vida de un hombre que se deja llevar por los mandatos, como si se dejara arrastrar por la corriente. Está narrado de tal manera que casi no hay emociones. El estilo es contundente, directo; el narrador cuenta sin inmiscuirse desde lo sentimental. Entonces, la forma de contar del autor, su estrategia, fue la adecuada ya que nos permite ponernos en la piel del protagonista, en esa especie de vida donde vivir es discurrir, hacer lo que se debe. Totalmente distinto hubiera sido el efecto si estuviera escrito con un estilo humorístico o irónico, mordaz. Esta última opción fue la elegida por Thomas Bernhard en Tala para construir la novela.


EJERCICIO FINAL
Retoma algún escrito tuyo y prueba alterar el estilo en un párrafo. Evalúa cuál se adapta mejor a aquello que quieres transmitir con tu historia.


Besos y buena escritura!


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